miércoles, noviembre 02, 2005

Velocidad

Que la sensación de velocidad no es lo mismo que la propia velocidad lo sé desde que conduje durante muchos años mi querido 2CV. ¿Acaso no os ha rechistado vuestra madre por ir muy deprisa en un coche que se caía a trozos aunque la aguja no pasara de los cien kilómetros a la hora y se duerme plácida cuando tenéis la suerte de llevarla en una berlina moderna superando con creces todos los límites legales?
Si me importase la velocidad en vez de una Vespa (por muy moderna que sea) me habría comprado una deportiva o alguno de los muchos scooteres que se encuentran ahora en el mercado y que sobrepasan en prestaciones a mi máquina. Sin embargo no puedo negar que me apasiona la sensación de velocidad. Quienes hayan montado conmigo en coche pueden dar fe de esta afirmación.
Sin embargo, cuando voy en Mi Vespa es diferente. Me encanta que parezca que corre marque lo que marque el contador. Hay días que parece un velero empujado por el viento de popa y se desliza sobre el asfalto como si navegase sobre las olas. Entonces olvido todas las circunstancias y sólo pienso en disfrutar del aire en la cara, del asfalto y de su trazado. Es fantástico, lo aseguro.
A veces sucede cuando termina la jornada laboral. Como si todas las tensiones acumuladas llenasen el depósito de combustible de Mi Vespa, os juro que da la impresión de correr más deprisa que cuando me dirijo hacia el trabajo. Y así, kilómetro tras kilómetro, los problemas laborales se van consumiendo hasta quedar en nada en el preciso instante que aparco.
Es verdad que giro el puño del acelerador a tope, es verdad que quiero correr pero nunca tengo la sensación de que la moto "no tira" sino al contrario. Aunque me adelanten las cebeerres.
También hay que tener en cuenta que ni las ruedas, ni los frenos ni la estabilidad de mi escúter se pueden comparar con los de las motos grandes. O sea, que para mí tomar una curva a ochenta puede suponer un reto similar a tomarla a ciento veinte con un bicho potente. Y que yo no soy un súper piloto, no lo olvidemos. Eso me obliga a ir plenamente concentrado en cada movimiento y creyéndome que circulo por un circuito compitiendo con el mismísimo Rossi. Total, que entre unas cosas y otras, hay días en que voy disfrutando cada metro de asfalto como si fuera un niño con juguete nuevo y así de feliz me siento.
Otros días, por el contrario, cuando una pena me abate o algo pesado me marea la cabeza, instintivamente reduzco la velocidad y me paseo por las calles de la ciudad como si mi falta de energía repercutiese en el funcionamiento de la moto, sin prisa alguna, paseando sobre ruedas como si caminase. Y, milagrosamente, en este caso la poca aceleración consigue el mismo efecto que la mucha: con el aire se disipan los pesares, las preocupaciones, los duelos y los quebrantos.
Quien monte habitualmente en moto, escúter, bicicleta o patinete seguro que se ha sentido identificado con alguna de estas afirmaciones porque al fin y al cabo da lo mismo la velocidad que alcancen, lo importante son las sensaciones.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Fernando. Soy un trabajador de la cadena Tebeos, el medio que inició una cacería de brujas contra Rafv, con la excusa de haber dejado unos mensajes en algunos blogs; pero yo estoy seguro de que son las grandes marcas las que están detrás de todo esto. Si puedes, échale un cable.

rafv dijo...

Estimado blogociudadano. El canal Tebeos quiere demostrar que lo único que busca es que se condenen a quienes dejan mensajes como este (por perseguir a Rafv, caímos en la trampa). Como lo único que nosotros difundimos son las tiras del tebeo tvo, que hace Rafv -además de cubrir este caso-, si se le condena a él, nuestro canal tendrá que dejar de emitir. Y no nos importa, con tal de cumplir con las autoridades de la blogósfera. Dependiendo de los mensajes que se dejen en la sección de anuncios del comunicado del juicio, a Rafv se le podrá condenar a dejar de publicar las tiras del tebeo tvo por un período que va entre los dos meses (mínimo) y los doce meses (máximo). Usted podrá ser testigo de que cumpliremos con lo que los blogociudadanos decidan (las opiniones serán públicas y verá que no se borrará ningún mensaje). Nos comprometemos a NO emitir en el Tebeo tvo ni una palabra más por el tiempo dictaminado.
Que tenga muy buenas noches.
P.D: También nos encargaremos del “Amigo”, en privado. Mandó el correo hace un instante desde este ordenador.

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo contigo, con mi vespa me sucede lo mismo, días buenos, días malos, pero siempre el hecho de montar en ella te da otro punto de vista diferente, te despeja, te aclara muchas cosas o simplemente te hace disfrutar como un enano. Un saludo

Anónimo dijo...

Hola Fernando:
Cómo te entiendo amigo, la velocidad y las prisas nos han comido el coco, disfruta de tu vespa, cuando te vea desde mi K-100, te haré un saludo. Yo frecuento mucho Rivas, estoy en la iglesia evangélica de Pza. Blimea, para lo que quieras. un abrazo compañero. Pablo Sanz