40.975 km
Madrid, una concurrida plaza céntrica. Verano. 00:30 h. Abro el cofre, me pongo el casco, la cazadora, los guantes. Arranco Mi Vespa. Culebreo entre las calles buscando la salida. Un taxi se detiene. Un semáforo se cierra. Dos bellas cruzan de improviso, me obligan a frenar, se asustan, bromeo, sonríen. Esquivo al camión de la basura. Coches con ventanillas abiertas, descapotables. Escucho su música. Gente sale de los bares. Semáforo abierto. Semáforo abierto. Semáforo cerrado. Una moto deportiva a mi lado, su piloto mira de reojo y gira el puño, luz verde, él se queda atrás. Túnel despejado. Horizonte de asfalto. Noche negra. Autopista. Noche fresca. Acelero. La aguja del velocímetro sube. Acelero. Velocidad máxima. Sigo girando el puño. Horizonte de línea discontínua. Curvas perfectas. Velocidad máxima. Vía de servicio. Velocidad máxima. Curva contra curva. Velocidad máxima. Próxima salida. Me inclino sin dejar de girar el puño. Túnel. Freno. Avenida. Badenes. Freno. Semáforo cerrado. Semáforo abierto. Asfalto roto. Giro a la derecha. Giro a la derecha. Mi calle. Sitio libre. Aparco. Corto la corriente. Giro la llave.
00:40 h. Solitaria y silenciosa calle del extrarradio. Corre el aire fresco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario