martes, julio 06, 2004

Reencarnación

La playa de Cullera desde el faro del dosca
Ya sabía yo que desde un dos caballos el mundo se ve de otro color. O, mejor dicho, desde un dos caballos el mundo se ve de colores. Es una de las sensaciones más parecidas a caminar que se puede experimentar.
Pero mi "burrilla" necesitaba más cuidados de los que yo podía darle y, con todo el dolor de mi corazón, salta ahora por tierras bilbaínas con otro jinete a su lomo.
El caso es que echaba yo de menos sentir el viento en el rostro, sin preocuparme por la velocidad.
Donde nace el río Alberche, en el año 89
¿Recuperar mi viejo dos caballos? Quizá, pero demasiado complicado. Mejor reducir ruedas. Y, ¿qué moto podría sustituir un coche como el 2CV, Mi Dos Caballos?, pues una vespa, Mi Vespa. No podría ser otra.
Así que, acudo al concesionario y elijo la más chula de todas, claro. Y... casualidades del destino o lo que sea. Resulta que la numeración de la matrícula ¡es la misma que la de mi viejo coche! O sea, que va a resultar que este simpático cacharrillo es la reencarnación de aquel.
Pues ahora que tengo vespa nueva y pienso hacer muchos kilómetros con ella, al estilo Nanni Moretti, he pensado que puedo contar todo lo que me pase, que seguro no es poco.

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