miércoles, julio 28, 2004

Mi vida sin ella

Mi vida ha cambiado desde que la conocí. No entiendo cómo puedo haber vivido tanto tiempo sin sentirla entre mis manos. Es bella y me entiende, yo la admiro y la cuido. Cuando enferma me preocupo y, sólo de pensar que un día pueda faltarme... prefiero no imaginarlo. Sí, somos pareja. O más, somos como un matrimonio, compartimos todo menos el sexo.
O casi todo. Porque, aunque me pese, hay muchas cosas que no puedo hacer con Mi Vespa. En esos momentos me siento más triste. Noto que me falta algo, no sé si el viento en el rostro o el vibrar de su motor entre las piernas.
O provisiones, pues ese es uno de los momentos en que tengo que abandonarla, cuando, abro la nevera y encuentro el eco vacío de una pera. Entonces tengo que correr al supermercado para rellenarla y, claro, como llevo casi un mes sin pisar los pasillos de las ofertas, he de cargar el carro y ¿cómo traslado un carro colmado desde el carreful hasta mi casa en un pequeño hueco para casco?
Pero eso no es lo más difícil. Peor es tratar de trasladar la batería. No un acumulador eléctrico, ni un conjunto de utensilios para la cocina, sino cinco tambores, cinco platillos y los correspondientes hierros para sujetarlos. Porque, señoras y señores lectores, para el que aún no lo sepa, cuando no monto en Vespa toco la batería. He cogido tanto cariño a Mi Vespa que casi lamento tener un concierto ya que en esos momentos he de cambiar las dos por las cuatro ruedas. Muchas veces, las actuaciones son en el centro de Madrid, en lugares donde es difícil llegar con el coche y más difícil aún aparcar. Con lo a gustito que iría yo guiando mi manillar y aparcando a la puerta. Pero ¿qué hago con la batería? Ya he conseguido llevar hasta el local de ensayo la caja y la bolsa con las baquetas pero por más que me empeñe, no puedo mover todos los tambores en moto.
Como tampoco puedo llevar en Mi Vespa los muebles de mis amigos cuando me piden que les ayude con la mudanza. ¡Ah! ¡Qué suerte! pensaréis, así te libras de la mudanza. Pues no queridos, no. No me libro de la mudanza porque no vale la excusa de la moto. Tengo un amplio coche que echaría por tierra todas las excusas basadas en el espacio. De tal manera que si alguien me invita a celebrar su cambio de domicilio, de lo único que me libro es de conducir mi vehículo favorito y protagonista de estas historias.
Otra de mis manías es viajar y, de momento, esta es otra de las cosas que no puedo hacer en Mi Vespa. Porque no quieres, diréis alguno. Quizá. Aquí sí que no os voy a quitar la razón. Todo es proponérselo. Si he sido capaz de atravesarme España sobre Mi Dos Caballos, realmente no hay motivo objetivo para no hacerlo sobre Mi Vespa. Pero aún no estoy preparado. Esto lleva su tiempo. Y, también, no voy a negarlo, mi coche es un excelente compañero de viaje, me he acostumbrado a él para las largas distancias tanto como a Mi Vespa para las cortas y también me da algo de pena ver como se acumula el polvo sobre su carrocería cuando permanece aparcado a la puerta de casa mientras yo me marcho por ahí con otra.
Se ha ganado el derecho a salir de vez en cuando. Es lo malo de tener el corazón repartido, ya lo decía Machín: No te puedo comprender, corazón loco, no te puedo comprender ni ellas tampoco, cómo se pueden querer dos vehículos a la vez y no estar loco. ¿O no eran dos vehículos? ¡Ah! no, qué eran dos mujeres. Bueno, para el caso es lo mismo. Que muchas veces hay que elegir entre dos cosas que te gustan.
Lo mismo me pasa cuando invito a salir a esa chica y me dice que no le gusta montar en moto, que la lleve en coche. Entonces me planteo: ¿dejo a la chica o dejo a la moto?
¡Ay! si es que no puedo vivir sin ella...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y no le vas a poner nombre?

rayu

PD. nen q mi vespa me encanta, mándaselo a la profa ;)

Anónimo dijo...

Pues imagina los que usamos transporte público, carrito de la compra y apañarsela como se pueda. Pero aún así sigo convencido que lo mejor para nosotros es utilizar el transporte público.

--
SegFault

Fernando dijo...

Con las aventuras del transporte público podrías crear otro blog bastante más interesante que este de la Vespa. Te animo a ello, material creativo hay para rato.

Anónimo dijo...

Ni lo dudes!!
Deja la chica y sigue con tu Vespa.
Ya encontraras alguna a la que no le importe compartirte con una sexy italiana.
Saludos
J.
mialterego.blogspot